Análisis de Obey Me - PS4

Es hermoso caer en la cuenta de que ni siquiera llegamos a mitad de año y ya pudimos presenciar el lanzamiento de varios tanques argentinos. Desde el plataformero Nubarron, hasta el final de la aventura gráfica Reversion, sin dudas corren buenas aguas para la industria de videojuegos nacional, que sigue creciendo cada día más. Desde hace unos meses, Obey Me se transformó en uno de los títulos más esperados, siendo anunciado para todas las consolas (Switch más adelante) y publicado por Blowfish Studios. El debut de Error 404 Studios se vio muy interesante desde su primera presentación. Ahora nos toca conocerlo en profundidad.

Uno de los factores que prometía pisar fuerte en Obey Me era su narrativa, con un dúo protagónico bastante llamativo e incluso el lanzamiento de varios cómics para introducirnos a la trama, previos a la llegada del juego. Las páginas publicadas por Dynamite Comics, con el arte de Ben Herrera (Marvel), nos presentaron a Vanessa Held y su sabueso Monty. Tras su capucha y cara de pocos amigos, Vanessa resulta no ser una simple mortal, ya que fue convertida en "demonio menor" y cuenta con poderosas habilidades. Claramente nuestro fiel compañero no se queda atrás, siendo un ser del infierno. La dupla se ve enredada en una grave disputa entre el cielo y el infierno, de la cual los humanos no tienen idea. ¿Es de confianza la persona para la que trabajamos?, ¿habrá una forma de frenar la guerra?, ¿Monty podrá dejar de comerse los tachos de basura? Son algunas preguntas que nos haremos y responderemos a través de las 8 horas de juego.

Tal como lo aparentaba, la relación de Vanessa y Monty es uno de los puntos fuertes. Con buenos diálogos bajo la manga, el título no sería lo mismo sin los comentarios de los personajes, tanto durante las escenas como en el mismo gameplay. No hay forma de que no te encariñes con ellos e incluso quieras seguir conociendo más de sus aventuras luego de jugar Obey Me. Muy linda construcción de personajes. Además, es interesante el mundo que crearon y se nota la intención de expandirlo. El juego se divide por capítulos, con una trama que avanza a buen ritmo y entretiene.

Una vez comenzado el relato, una de las primeras cosas que van a notar es que Vanessa, sin dudas, tiene muchas herramientas para enfrentarse a los demonios. Con el correr de un par de tutoriales, ya vamos a estar repartiendo golpes para todos lados. Tenemos ataque débil, fuerte, y varias combinaciones entre ambos. También podemos lanzar algunos proyectibles recargables, y utilizar un ataque de Monty que también se recarga. La frutillita del postre se la lleva la posibilidad de fusionarse con el canino de forma limitada, momento en el cual se nos llena un poco la salud y nos volvemos mucho más fuertes. Esta barra especial le da un toque estratégico al juego, ya que lo más recomendable es usarla en el momento indicado, sea por baja salud, o por estar rodeadísimos. Si bien el juego es un brawler, no hay que confiarse y machacar botones, conviene aprenderse bien los ataques de los enemigos.

Hablando de ello, Obey Me hace un gran trabajo al ofrecernos una hermosa (y espantosa) variedad de seres demoníacos para enfrentarnos. Muchas veces ocurre en juegos que nos hartamos de pelear siempre con el mismo minion, pero acá se aparecen nuevos diseños bastante seguido, y siempre agregando un nuevo desafío. Y lo primordial es la mezcla de cada tipo de enemigo; van a largar una risa nerviosa cuando conozcan al "tipo que explota", al "wacho gigante" y al "bicho que vuela" y se te vengan todos juntos. Y eso no es nada. El juego ofrece una buena dosis de desafío a medida que avanzamos, y recomiendo jugarlo en difícil para una experiencia incluso mejor. Mención aparte merecen los bosses, ya que ninguno se queda en un simple "golpearlo hasta el cansancio", sino que cuentan con alguna estrategia para vencerlos.

Tanto los bosses, como algunos enemigos, nos harán caer en la cuenta de que vale mucho la pena ir cambiando entre las armas que consigamos. Y por ende, mejorarlas es muy importante. Con la experiencia que juntemos vamos a poder comprar nuevas habilidades y beneficios, teniendo cada arma su propio árbol, e incluso Monty y sus diferentes formas (ah, ¿no lo dije? Monty gana nuevas formas morfándose a algunos oponentes). Debido a todo esto, nuestra forma de jugar puede mutar un montón de un momento al otro, por lo que lo mejor es no casarse con ninguna arma o habilidad. Obviamente siendo una dupla en un brawler, el juego pedía a gritos un modo cooperativo. Por supuesto que lo incluye, y es totalmente recomendable pasarse la aventura con un segudo jugador controlando a Monty. La diversión aumenta aún más y probablemente le den derecho hasta terminarlo.

No sólo la trama avanza, sino que se ve una evolución en los escenarios. Si bien no vi una diferencia abrupta de diseño, sí se nota que comienzan a aumentar su tamaño y ramificaciones. Para encontrar todos los ítems ocultos debemos estar cada vez más atentos, ya que al principio los caminos están bastante a la vista, y luego requieren de un poco más de concentración. Los niveles no están pensados para hacernos perder. Algunos quizás sí se ponen un poco más laberínticos, y por eso está bueno que nos ofrezcan elementos escondidos. Lo que si sentí fue que las trampas de los primeros niveles fueron más complicadas que las de los últimos. Al principio hasta te llegás a sentir trolleado por las llamas, pinches, plantas (malditas plantas jaja) y demás que te torturan. Pero al final se pierde bastante esa dificultad que presentaba el escenario en sí, fuera de las batallas. Hablando de desafíos, un lindo detalle son los puntajes que nos dan tras cada horda de enemigos, basado en varios aspectos de nuestra performance. Los más hardcores probablemente busquen sacar la preciada "S" en cada instancia.

Lamentablemente hay que mencionar que el juego cuenta con algunos problemas de rendimiento, al menos en la plataforma donde lo reseñé, PlayStation 4. Ya han lanzado parches para mejorarlo, pero pasé gran parte de la aventura con constantes caídas de frames, e incluso un boss me hizo sacar de quicio debido a esto (y a lo manco que soy, claro está jajaja). Una pena, pero que se puede solucionar para pulir al máximo Obey Me. Por otra parte, el trabajo de mecánicas es excelente, y da placer combinar todo lo que tenemos en el arsenal de forma ágil. Si tengo que ser muy detallista, hay algún que otro timing mejorable, sobre todo al esquivar, pero de resto no tuve quejas.

El juego se ve súper bien, y cuando las cosas funcionan de manera estable, logra convertirse en un lindo espectáculo de destellos, fuego y colores. Se nota el trabajo en los diseños de personajes y enemigos, y también podremos apreciar unos lindos diálogos acompañados de un gran arte; amo la ya clásica imagen del subte, la cual va cambiando mientras avanzamos en la historia. Todo esto es acompañado por piezas musicales muy acordes a la situación, que incluso dejan una ambientación con mucho suspenso cuando el escenario lo requiere. Aprovecho este punto para mandarles un saludo especial a Pablo Canaveris, Director de Música y Sonido en el juego con quien tuve el placer de cursar en UNA, y a Karina Logiohio, Diseñadora de Sonido que conocí en una Jam y no dudó en acercarse a ayudarme. Mis felicitaciones al equipo completo por este gran lanzamiento.

Obey Me es un muy divertido brawler de acción casi sin parar, que se aleja de lo genérico al presentar un mundo y personajes muy destacables. Con muchas herramientas a la hora de los golpes, el juego nos lleva por diversos niveles y nos enfrenta a una gran variedad de enemigos, pudiéndose disfrutar de a dos y contando con secretos, puntajes y más. No es perfecto, y tuvo algunos problemas de rendimiento en el lanzamiento, pero sin dudas es una joya argentina para recordar y de la cual aprender. Como dije, mis felicitaciones a todo el equipo.

· El dúo protagónico, su relación y los diálogos que mantienen en todo el juego.

· Interesante mundo, dan ganas de conocer más.

· Muchas herramientas para luchar, perfectamente combinables entre sí.

· Buena variedad de enemigos y bosses.

· Modo cooperativo, gran opción para disfrutar de a dos.

· Problemas de rendimiento, al menos en PlayStation 4.

· Se pierde un poco la dificultad de los escenarios al avanzar.