Análisis de Need for Speed Heat - PS4

Si, digo casi de sorpresa porque, si bien se venía rumoreando, Need For Speed Heat se anunció el pasado agosto con fecha y todo. Lo nuevo de Ghost Games llegó de repente para alegría de los fans, y en sus avances pudimos ver muchos elementos de anteriores entregas combinados para esta reciente creación. Vuelven las persecuciones policiales, el drifteo, la personalización, la numerosa cantidad de vehículos, y también la trama embolante.

Bueno, sabemos que es complicado esperar algo atrapante cuando hablamos del apartado argumental de un Need For Speed, pero igual se valora el esfuerzo. La historia no suma mucho, pero claramente no resta. Al menos tenemos una excusa para ir conociendo a personajes y corriendo en diferentes circunstancias. Desde el vamos, podemos elegir a nuestro corredor de un grupo proporcionado por el juego. Nada cambia en el avance de la aventura por esta decisión, pero hay opciones para todos los gustos. Más adelante vamos a poder comprarles cositas para adornarlos. Retomando, el guión no va a florecer ninguna expresión en nuestro rostro, pero me pareció interesante la corrupción de la propia policía que nos persigue; en la introducción nos muestran cómo puede llegar a violentarse el asunto.

Una vez lanzados al mundo abierto de Palm City, se nos explica una de las características principales de Heat. Al salir del garage podremos seleccionar entre el día y la noche. Cuando el sol ilumina la ciudad, encontraremos carreras legales, en circuitos donde los competidores ganan dinero. También habrá algunas misiones principales y otros objetivos opcionales, como atravesar algunos puntos de la ciudad a grandes velocidades. Recorrer el mapa durante el día es la mejor forma de hacer guita y tener a nuestro vehículo al día, algo muy importante para progresar.

Y cuando sale la luna... aparece el bravo zorro. Digo, empieza la parte ilegal. Durante este lapso, se organizan carreras callejeras, que por lo general nos llevan de un punto al otro, por el contrario de las carreras por vueltas. ¿La principal diferencia? Acá es donde nos volvemos malotes, nos hacemos de fama y aumentamos nuestro rango de pistero. Bueno, en palabras más finas, acá subimos nuestro nivel, y eso nos va a servir para desbloquear misiones y continuar con la trama.

En el garage es donde podemos hacer el trabajo de personalización, y hay muchas opciones para el contento de los fanáticos de este aspecto. También iremos mejorando poco a poco el rendimiento de nuestro vehículo, gastando todo lo que ganemos en las carreras. Yo que el protagonista me re iba de vacaciones con la cantidad que saca, pero bueno, cada uno con su mambo. Remarco este punto ya que me sorprendió lo notorio que es el avance de nuestro coche en nuestras manos. Claro, es que todavía no hablé de la jugabilidad. Cuando empieza la aventura y tenemos una chatarra con cuatro ruedas, la mecánica de drifteo y aceleración es espantosa. Yo por un momento me estaba alterando, no entendía si era sólo el comienzo o yo daba asco en los juegos de carreras (bueno... en realidad si doy asco). Al comprar mejoras el cambio es brutal, por lo que después de un rato de juego ya estás pisteando como un campeón.

Por ende, para disfrutar como corresponde de las mecánicas jugables de Need for Speed Heat, nos toca mejorar un poco el vehículo, ya que en principio se nos va a dar vuelta y demás papelones con mucha facilidad. Realmente no hay mucho para destacar que no hayamos conocido en entregas previas. Contamos con el drifteo como la cualidad drástica para sobresalir en las curvas y sacar ventaja, y el nitro limitado, que dura poquito pero se recarga. Hay diferentes tipos de carreras y desafíos, pero en sí el juego es siempre similar. La adrenalina de las carreras más difíciles es preciosa, pero de resto te tiene que gustar mucho para que las alrededor de 12 horas de duración te sean divertidas. Llega un punto en el que el progreso del vehículo también deja de ser notorio.

No podemos dejar afuera uno de los elementos que regresa, la persecución con la policía. Acá también es clave la transición día y noche, ya que los canas sólo nos van a buscar en la segunda opción. De hecho, juegan un rol súper importante y que le aporta un poco más de emoción. La reputación que ganamos con las carreras nocturnas no se nos sumará hasta que regresemos sanos y salvos al garage. Pero si nos atrapa la policía en dicho trayecto, vamos a perder todo, lo cual puede hacernos tirar a la basura unos buenos minutos de juego. Ahora sí vamos a escapar como si no hubiera un mañana. Igual, personalmente, me rompe un poco la paciencia que se aparezcan en medio de una carrera o de la nada misma mientras paseás. Es divertido hasta cierto punto.

Need For Speed Heat es una entrega que cumple y entretiene. No trae nada especialmente nuevo a la mesa, pero su fórmula funciona. Como despedida de la generación quizás se siente que le falta, no hay ninguna mecánica al volante que no hayamos visto antes, y su trama sigue siendo olvidable. Por el lado positivo, funciona bárbaro, las carreras difíciles son emocionantes, la transición de día y noche es muy coherente y escapar de la policía le da un buen picante al asunto... aunque a veces rompe las bolas.

· El uso del día y la noche.

· La personalización.

· El drifteo.

· El progreso de nuestro vehículo en principio se siente un montón.

· Huir de la policía tiene una nueva vuelta de tuerca...

· ... pero a veces es súper pesado.

· Luego de unas horas estamos haciendo siempre lo mismo.

· No hay ninguna adición especialmente nueva en esta entrega.

· La trama y guión nos dejan lo mismo de siempre, pero se agradece el intento.