Análisis de Worlds of Magic - PC

Corría el año 2000, o un poquito antes, y en mi grupo todos andábamos cebados con el Civ2. Era genial, era mágico… no. No era mágico, eso le faltaba y era algo importante. En la época, todos escuchábamos metal, leíamos a Tolkien y jugábamos rol; de hecho no mucho ha cambiado... en fin. Y así fue, buscando algo que se le pareciera, que encontramos Master of Magic. Era la tierra prometida, porque tenía cosas que uno veía en el Master of Orion y a la vez tenía ese gusto medieval fantástico que tanto queríamos. Hasta que lo jugamos y nos encontramos con una inteligencia artificial más que deficiente. La IA no creaba objetos mágicos ni usaba hechizos, en el combate táctico era cuanto menos errática y en el mapa estratégico no parecía tener mucho sentido. Sumémosle la cantidad espantosa de bugs que tuvo y podemos pensar en el resultado: la fruta más dulce se nos volvió ceniza en la boca y tuvimos que conformarnos con otros títulos......hasta que apareció una luz al final del túnel. El año pasado, vimos en Kickstarter esta joven promesa y se nos desbocaron los corazones. Vino el release date y empezamos a jugar.

Ya lo decía mi abuela: “deberías aprender a no tener expectativas ¡así no te desilusionás!”. Y tenía razón en lo que al Worlds of Magic respecta. Tuvieron que sacar una cantidad importante de fixes a las decenas y decenas de bugs que tuvo el juego desde su release hasta que fuese jugable, y eso le quitó muchísima credibilidad.A la hora de comenzar la partida podemos seleccionar los mundos que queremos que aparezcan (básicamente, diferentes mapas con diferencias de terreno y algunas diferencias de recursos conectados por portales) así como la cantidad de IA’s enemigas y su dificultad. También podemos elegir la raza que vamos a usar de entre ocho diferentes, y escoger un mago de entre muchos disponibles o crear el nuestro, eligiendo rasgos y esferas de influencia mágica.  Finalmente, seleccionamos nuestros hechizos iniciales en base a las esferas de nuestro mago y podemos comenzar la partida.

Cuando el juego arranca, nos sumergimos en una interfaz no muy agradable a la vista y poco intuitiva. El tutorial (es decir, unos pop-ups emergentes con información general) son terriblemente pobres y nos dejan bastante abandonados si no jugamos antes títulos de estrategia por turnos. Una vez superados los primeros tropezones para aprender a controlar la producción de las ciudades, la investigación de hechizos y a movernos por el mapa, podemos empezar a disfrutar en serio el juego. Al menos por un rato.Pasada la hora, hora y media, uno empieza a preguntarse ¿qué hay de nuevo? Pasamos los turnos, producimos unidades en nuestras ciudades (o edificios), mejoramos nuestra economía o investigación, e indefectiblemente buscamos encontrarnos con otras civilizaciones para aplastarlas militarmente o poder desbloquear un hechizo que nos deje ganar el juego. Pero... un momento, ¡esto ya se ha visto!

El juego es tan notoriamente un tributo a Master of Magic que no plantea premisas realmente novedosas. Creo que todos hemos jugado juegos en los que la meta es crecer para aplastar militarmente a nuestros oponentes, ya sea por turnos o no. Y si bien en este juego tenemos un montón de elementos en el mapa estratégico con los que interactuar... ¿no es así en otro montón de juegos? Estos últimos años salieron Age of Wonders 3 y Endless Legend, juegos que innovan desde lo táctico y desde lo estratégico (ok, lo admito, Age of Wonders 3 no innova tanto). Inclusive Stardock con su Sorcerer King (el juego “especial” de Stardock) logra meter mecánicas nuevas que eclipsan a Worlds of Magic.Con respecto a video y sonido nos encontramos con música muy “old school” (¿coincidencia?) y unos modelos de unidades que no terminan de cerrar. Combinándolo con los errores de ortografía, la falta de coordinación entre el ataque de una unidad y la reacción del objetivo, y efectos visuales un tanto efímeros y poco definidos, gráficamente no es ninguna joyita. Supongo que la ventaja es que no vamos a necesitar una gran PC para jugarlo... excepto porque los requisitos en relación al rendimiento del juego son más altos que lo normal.

Cuando terminé una partida de este juego sentí que me había divertido por momentos, pero que no había encontrado algo nuevo. De hecho, no solo me recordó al Master of Magic por todos los guiños que tiene a ese juego, sino por su cantidad de bugs y momentos de frustración. No encontré una razón para querer jugarlo de nuevo, ni por sus gráficos, ni por su contenido; y ni hablar de sus todavía varios bugs. Una vez más, la fruta más dulce se nos vuelve cenizas en la boca.

- Excelente tributo a un juego icónico de los ‘90.

- Es divertido si no estás buscando algo nuevo o particularmente retador.

- Varios bugs.

- Falla a la hora de innovar.

- Carece de un tutorial completo y que deje claras las mecánicas del juego en su totalidad.

- Se repiten hechizos y unidades cambiando texturas, razas y esferas de influencia.

- Pobre entorno visual.

- Interfaz poco accesible, sobre todo a novatos en el género.