Pablo Leotta
Redactor
Pablo Leotta / Jensen

Desde 1988 que tengo los recuerdos más antiguos de mis primeros contactos en arcades de la talla de Double Dragon, Out Run o Shinobi, la pasión por los videojuegos no ha decrecido ni un ápice. Siempre desde mi perspectiva personal espero brindar solo un punto de vista, nunca una verdad inobjetable. Leer más »

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02 de Diciembre del 2014

[PlayStation 20 años] Metal Gear Solid

Conmemorando los 20 años de la consola, recordamos una de sus mayores obras maestras.

El mejor juego que jugué en PlayStation

Uno pensaría que hablar sobre su juego favorito es fácil; debés tener muchas cosas para decir. Sin embargo no es tan fácil. Menos hacer una crítica constructiva de una obra que representa lo mejor de ese campo para vos. Es complicado trasladar ese favoritismo a una nota objetiva.
Siempre dentro de mis posibilidades, trato de encontrar ese balance entre fanatismo y objetividad para que la nota sea lo menos subjetiva posible. Sin embargo con la aventura de Snake, debo reconocer que me cuesta respetar esa especie de juramento hipocrático. De tal forma y por esta vez, daré paso a mi otro yo, a mi pasado entusiasta, mi niño interno y eterno que escribió hace 11 años una crítica de este mismo juego para una página ya olvidada en algún espacio de internet y que, como buen fanático, conservó en un archivo de Word en un disco compacto marcado con el título de "Cosas hechas en Word y Excel". Sabrán perdonar algún que otro error de gramática de mi yo de 20 años. Aquí va.

Crítica Metal Gear Solid, 11 de julio de 2003 "La aventura definitiva"

Hablar de Metal Gear Solid (MGS) y no mencionar alguna palabra como "impresionante", "maravilloso" o "increíble" es no comprender la grandeza de lo que tenemos en nuestras manos. 
La gente de Konami (encabezada por el genio Hideo Kojima) luego de años de desarrollo nos presenta su opera magna, un homenaje al videojuego moderno que pareciera manifestarse a favor de la originalidad en tiempos de lanzamientos cuantiosos, faltos de carisma. 
Como su ferviente admiración indica, Kojima decide introducirnos al juego con la aparición de los créditos al mismo tiempo que empezamos a tomar contacto con los movimientos del personaje. Una idea realmente novedosa en el territorio del videojuego, aunque no sea más que imitar la introducción de cualquier película de Hollywood. 
Pero es que así está pensado MGS; como una película de acción capaz de transmitir las mismas (creo que más) sensaciones que podemos sentir en un cine. Controlamos a Snake, un antiguo miembro de Fox-Hound que fue recluido a la soledad pero que, ante un atentado terrorista en una base de Alaska, debe volver a la acción infiltrándose en la misma, en una misión solo-contra-todos para rescatar a unos rehenes y una valiosa información sobre un arma nuclear denominada Metal Gear.

Lo primero que llama la atención es su cuidado aspecto gráfico que escapa a la moda de personajes poligonales sobre escenarios pre-renderizados de la generación, para ofrecernos un entorno casi vivo en un detallado 3D. Con el mismo motor se muestran las escenas pre-grabadas (cutscenes) que cuentan el argumento del juego. Y aunque parezca menos espectacular que la escenas realizadas en CG, lo cierto es que logra una suerte de unión en este apartado, obteniendo un resultado más sólido en conjunto. 
El juego hace gala de efectos espectaculares donde destaca el traje de camuflaje, estilo "Depredador", seguramente uno de los mayores aciertos de este apartado. Y todo esto, arropado por un frío tono azulado (Alaska debe ser así).
Pero la joya de estos dos CD's es su mecánica de juego, columna vertebral de la aventura y la serie que comenzó en MSX en los años 80's. 
Adentrarnos en el sigilo es tratar de no ser vistos, usar las armas lo menos posible o deshacernos de los enemigos por detrás ya que si somos descubiertos, la alarma de la base nos meterá en más de un problema con los centinelas que vigilan la zona. Cuando la misma se activa un contador aparece, nuestro mapa guía se inutiliza y debemos encontrar escondite para pasar el momento. La precaución es el lema en MGS, especialmente en zonas de mayor peligro como un galpón de ojivas nucleares que al sonar la alarma nos encerrará con un venenoso gas letal, lo que obligará a nos ser descubiertos.

La acción está presente de igual forma. En algunas ocasiones no tendremos más remedio que usar la fuerza, siempre superado en número, ya sea corriendo en unas escaleras o atrapado en un ascensor. 
Además, los "jefes", miembros de Fox Hound, pondrán a prueba nuestra habilidad en el combate, como en el duelo con Revolver Ocelot, el tanque de Vulcan Raven en la nieve o el épico mano a mano contra el Ninja.
Éstos forman parte de un espectacular casting de personajes donde ninguno se antoja de más y donde todos tienen participación. Y con ellos, uno de los mejores y más elaborados apartados sonoros hasta la fecha. Las voces en inglés, lideradas por un inspirado David Hayter (Solid Snake), logran unas actuaciones convincentes, apasionadas y profundamente reales. Como decíamos al principio, todo está pensado casi como una película y ninguna llega lejos sin actuaciones memorables. Las de MGS superan ese cometido y, unidas a una banda sonora de primera línea, logran ese plus de inmersión que hace que el jugador no pueda despegarse de la pantalla, contemplando una trama excelentemente hilvanada donde conceptos como la guerra, el amor y el odio, tratados con una psicología adulta, son los principales protagonistas.
Todo esto resuelto mediante la astuta implementación del CODEC; un pequeño transmisor incrustado en el oído del protagonista para comunicarnos en cualquier momento con nuestros aliados o incluso algunos enemigos. Bien por Konami por incluir textos en las largas conversaciones, algo que los que no hablamos inglés de forma nativa agradeceremos siempre. El CODEC no se limita a contar una historia, también es un elemento de ayuda que nos permite guardar nuestro progreso y hasta recibir consejos y pistas de los personajes secundarios si nos trabamos en alguna parte. 
La jugabilidad no tropieza en ningún momento. Snake se mueve perfecto con apenas un par de botones. Uno para agarrar (y tirar al piso, estrangular o arrastrar un enemigo del cuello) y otro para ejecutar una combinación cuerpo a cuerpo que puede dejar KO a cualquier guardia. Algunas armas incluso pueden usarse en un modo en primera persona, lo que propone experiencias más complejas en este apartado.
El juego trae una opción llamada VR Training donde podemos superar varios retos para conocer la mecánica de juego antes de comenzar la aventura. Incluso se destapa con un juego aparte al ofrecernos superar los retos y establecer récords de tiempo. Todo ambientado con un entorno de realidad virtual para disimular esa faceta de entrenamiento. 
Para ir finalizando sólo cabe comentar que MGS es un cúmulo de detalles impresionantes que resumen su verdadera identidad. Por ejemplo, la vibración del Dual Shock (en pañales en 1998) es totalmente imprescindible. Escenas como la del Hind-D (helicóptero ruso) o la batalla con Psycho Mantis no serían lo mismo con un control digital. Usar un cigarrillo para descubrir sensores infrarojos o una cámara de fotos para guardar en la Memory Card; contagiarnos un resfriado con el peligro de que nuestros estornudos nos delaten o permitir que un lobo nos haga pis para luego confundirnos entre su raza son tan solo una muestra de lo que este juego puede demostrar para dejar en claro que la experiencia del videojuego doméstico ha cambiado increíblemente en los últimos años y no todo estaba dicho en materia de diversión. Un juego para vivirlo.

Martes 2 de diciembre de 2014

A pocas horas de cumplirse los 20 años de la consola que crió a una generación, el recuerdo del juego preferido sigue tan fresco como en aquel verano de 1999 cuando lo vi por primera vez. Releyendo mi propio análisis solo puedo agregar que mencionar cada detalle de porqué Metal Gear Solid es lo que es, al menos para mí, sería casi un pecado en apenas un espacio como este. 
En aquella crítica le puse un 9. No sé porqué exactamente pero, viéndolo hoy, podemos obviar cualquier tipo de nota anecdótica para embarcarnos en las palabras que rigen mi comentario, el testimonio de una experiencia memorable. Seguramente dentro de 20 años más, no sé si seguirá siendo mi juego preferido, pero seguirá siendo el mejor juego que jugué en PlayStation.
Mi copia de MGS y yo, junto a la play, claro
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