Pasaron exactamente diez años desde el lanzamiento de Resident Evil 4, aquel que muchos consideran el mejor juego de la saga, y Shinji Mikami vuelve a dirigir un proyecto para jugar con las luces apagadas.
The Evil Within es un videojuego de acción que ocurre en una atmósfera de terror y que presenta la perfecta oportunidad de dispararle a todo lo que se mueve. Encarnamos a Sebastián Castellanos, detective de la fuerza policial en Krinsom City, que se detiene a atender un último llamado de emergencia antes de que termine el día. Pero el último caso siempre es el peor, y este lo obligará a hacer frente a toda clase de imágenes horripilantes. En su lucha contra el mal, se presentarán dudas con respecto a quién es de fiar realmente: sus compañeros, nuevos aliados e incluso él mismo.
Con una perspectiva en tercera persona, el juego es lineal, avanzando de habitación en habitación, eliminando o eludiendo enemigos como corresponda. Regresaremos, cada tanto, a una base segura donde guardar y comprar mejoras, un espacio donde Sebastián puede estar a salvo de los peligros exteriores. Desde un principio, casi de inmediato, el protagonista cae en peligro y debe encontrar la forma de salir de toda clase de situaciones amenazantes. Sin defensa alguna, el mecanismo principal comienza siendo el sigilo, esconderse de criaturas monstruosas en armarios o casilleros, como ya es costumbre en los juegos de terror. Pero no es algo que se implemente en repetidas ocasiones. A pesar de resultar útil (aunque opcional) en un momento particular mucho más adelante, encerrarse deja de ser una estrategia con la presencia de armas de fuego. Una escopeta, un rifle e incluso un lanzacohetes, todo a mano de nuestro apuesto detective.
El juego aprovecha la idea de munición limitada, permitiendo cargar con una capacidad muy reducida y llevando a que el jugador deje cualquier recurso excedente en el camino. Es una forma extraña de mantener su potencia equilibrada, pero no es la primera vez que se ha visto algo así. Sí es notable una situación que se presentó: mi inventario estaba lleno, así que dejé algo de munición en el camino, y cuando regresé, habiendo hecho espacio, me encontré con que esas preciosas balas habían desaparecido. Si el juego pretende que haga contar cada bala, no debería cambiar las reglas a la mitad. Por suerte, sólo es algo que ocurre al principio. Eventualmente, uno contará con más balas de las que podría llegar a aprovechar. Aparece una evidente fijación con el cerebro y la mente, comenzando por el título, principalmente concentrado en lo que esconde dentro nuestro. Una temática interesante y que brinda la oportunidad de explotarlo en múltiples direcciones diferentes. Investigar traumas específicos, tomarse libertades con la representación del mundo, tal vez incluso superpoderes. La franquicia de Silent Hill, por ejemplo, es conocida por utilizar a los enemigos como manifestación de los temores más profundos de sus protagonistas, una forma de conocerlos mejor sin que necesiten contarnos de manera verbal qué es lo que los caracteriza. The Evil Within, por otra parte, opta por los miedos más comunes, como las máscaras de porcelana, las arañas, la niña de La Llamada, y hace que el esfuerzo por espantar resulte poco inspirado y genérico. Tuvieron una excusa para hacer algo interesante y se conformaron con mostrar criaturas deformes, con alambres de púas, que causan impacto una primera vez, pero que se repiten hasta el hartazgo.
Los personajes mismos son lamentablemente planos. Sebastián está acompañado por otros dos oficiales, Joseph y Kidman. De él, no se menciona el apellido. A ella no la llaman por el primer nombre. Aparecen al lado del jugador en algunos capítulos, y se dice que no les gusta hablar del pasado; claramente existen cosas a las que les temen, pero son cosas que no se muestran en ningún momento. A pesar de compartir todo un juego con ellos, nunca llegamos a saber quiénes son, qué los espera en casa si logran salir del peligro. A medida que avanza el juego, vamos encontrando diarios personales que revelan la situación del detective Castellanos, pero no acaba estando relacionado con la trama: en ningún momento vemos la encarnación física de lo que esconde en su mente. En parte, esto es porque el juego decide concentrar toda la caracterización en el villano, demostrando sus motivaciones y su biografía personal. Incluso así, termina siendo una historia que no tiene mucho sentido. En general, el ritmo narrativo (y el ritmo de juego) es inconsistente. Empieza algo lento y bastante difícil, con mucho castigo por errores mínimos, y mientras que podría justificarse por la temática de terror, no logra establecer ningún ambiente y sólo se siente la ausencia de progreso. De manera similar, no existe verdadera progresión entre un capítulo y otro, ya que muchas veces el protagonista se transporta a una zona ampliamente diferente a la anterior. Un pasillo oscuro, entonces, puede convertirse, rápidamente y sin previo aviso, en las ruinas iluminadas de un castillo, incluso cuando no parecería tener sentido.
The Evil Within combina ideas que ya han funcionado en otros juegos (algunos de Shinji Mikami mismo) con la intención de rendir homenaje pero también con la esperanza de sacar algo fresco. El juego con la percepción del jugador, haciendo desaparecer escenarios enteros cuando uno pega la vuelta, es una característica de Eternal Darkness: Sanity's Requiem. La necesidad de destruir enemigos con fuego para que ya no se pongan de pie estaba en el último juego de Alone in the Dark. Los jefes finales comparten mucho con los que ya aparecieron en Resident Evil 4. Es una lástima que no logre superar ninguna de las fuentes de las que toma prestado, pero, aunque sea, sirve como prueba de que un juego necesita ser más que la suma de sus partes. Tal vez lo que resulte más triste es que ideas y conceptos con tanto potencial devuelvan un producto meramente mediocre. Ahora, habrá un público que podrá entretenerse con este juego. Todo un sector de fanáticos fascinados por la sensación que generaron los Resident Evil originales y que no lograron encontrar ese mismo sabor en los últimos lanzamientos. Es posible que este juego logre saciar ese apetito muy particular. Pero mi recomendación sigue siendo volver a jugar lo ya conocido, porque todo esto se ha hecho mejor en otros lados. The Evil Within resulta funcional, pero decepciona al no presentar nada nuevo ni atrapante, incluso cuando los ingredientes involucrados parecían ser los ideales.
Conclusiones
Los juegos de terror modernos siguen existiendo, incluso si están muy alejados del “Survival Horror” tradicional. En este caso, nos encontramos con un ejemplo que no sabe a qué género quiere pertenecer, mezclando elementos de todos sin una dirección puntual. Shinji Mikami puede haber sido un héroe para muchos, pero nos deja con la duda: ¿puede volver a hacer grandes juegos de terror como hizo en algún momento? Sólo podemos esperar que reciba una nueva oportunidad.
Lo mejor
- New Game+, conservando el progreso anterior y con una mayor oferta de armamento.
- La acumulación de puzles en el capítulo 9.
- El piloto de Sebastián y los tacos de Kidman. Esa gente está a la moda.
Lo peor
- La trama poco definida, con final abierto.
- Las barras negras arriba y abajo de la imagen.
- Se siente más largo de lo que es.
- Muchas buenas ideas desperdiciadas.
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