07 de Junio del 2023

Análisis de Do Not Feed the Monkeys 2099 - PC

La secuela del juego donde nos convertimos en unos silenciosos (y a veces no tanto) espías monitoreando cámaras vuelve con nuevas historias, esta vez con ambientación futurista. Prendé tu MonkeyVision y comenzá a observar esta reseña.

Hay muchos juegos indies en el mercado con excelentes ideas, pero que al contárselas a tus amigos podrían dudar mucho de tu palabra. Y un ejemplo muy claro y que ha inspirado a decenas de títulos, entre los cuales creo que esta saga de Fictiorama Studios forma parte, es Papers Please. La primera vez que me hablaron sobre la obra de Lucas Pope pensé "este juego suena a un trabajo en la vida real". Y un poco de eso sí tenía, pero vaya sorpresa me llevé con lo divertido y adictivo que me resultó. Do Not Feed the Monkeys llegó en octube de 2018 con un concepto que también podría asociarse a un oficio, mezclando un simulador de vigilante de cámaras con un toque de bizarrez y aventura gráfica. El resultado gustó tanto que los fans pedían a gritos más contenido, y finalmente nos llegó su secuela, Do Not Feed the Monkeys 2099.

El agregado del año 2099 en el título no es algo al azar, sino la primera pista de la ambientación que tendrán las historias en esta oportunidad. Esta secuela es bastante similar al original en materia de gameplay, pero su principal diferencia es que veremos secuencias futuristas, como un hombre discutiendo con su casa inteligente, una serie de entrevistas laborales a robots entre las cuales se cuela un hombre disfrazado, etc. Prefiero no contar demasiado sobre las tramas en sí, ya que son dentro de todo cortas, pero cada una con su toque único. Más importante aún, todavía no expliqué nada del juego, ni respondí a lo que todos se estarán preguntando, ¿quiénes son los monos y por qué no debemos alimentarlos?

Todo comienza cuando nuestro protagonista recibe un correo de El Club de Observación de Primates, en el cual se le indica que podrá recibir un traspaso de la membrebía vitalicia perteneciente a su difunto tío. Simplemente tendremos que firmar un pequeño contrato con varias reglas, siendo la más importante que no se habla de El Club de la Pelea, eh, digo, que no se puede interactuar con los monos. "No alimentes a los monos" se nos solicita, siendo éstos los sujetos que veremos en las pantallas que nos facilitará la aplicación MonkeyVision. Hasta ahí, todo claro, ¿verdad? Entonces te estarás preguntando cual es el objetivo del juego. Acá vamos.

Estamos ante una aventura que nos invita a descubrir una historia detrás de cada cámara de observación, pero que a su vez nos obliga a gestionar la vida de nuestro protagonista y subir de nivel como miembro de El Club. Para todo ésto tendremos que ser rápidos, ya que el tiempo correrá y cada día que pase nos podrá acercar más a la derrota si no empleamos bien cada segundo. Por un lado, tenemos que mantener alta la salud, el hambre y el sueño del personaje, para lo cual habrá que emplear horas para dormir y comprar alimentos; y tratar de nivelar la comida saludable con la que más lo sacia para no morir... si, bien trágico comer muchas hamburguesas en este juego.

Pero eso no es todo queridos observadores, porque además somos una persona común, que tiene que ganarse el pan yendo a trabajar en distintos oficios, cada uno con distintas cantidades de horas, para así poder pagar el alquiler. En esta parte no podría haberme sentido más identificado, pero no, de resto no observo personas a través de una aplicación (¿o si?). Y ahora se preguntarán, ¿pero entonces no es mejor dedicarse a trabajar para pagar el alquiler, comer bien y fin del cuento? No, porque El Club nos exige subir de nivel cada cierta cantidad de días, y para ello tenemos que gastar dinero en comprar nuevas pantallas, lo cual también hace que tengamos más historias que monitorear.

¿Ya te di ansiedad con tanta información? Y todavía no te dije la mejor parte. Y es que para incentivar a que descubramos bien cada caso, El Club nos enviará mails con preguntas sobre algún "mono" en particular, y para responderla correctamente tendremos que indagar, observar, descubrir en qué horario se activa algún diálogo importante, y clickear palabras y objetos claves de la pantalla para agarrarlos como pistas y luego encontrar datos en internet. Si respondemos bien, nos darán una recompensa monetaria que claramente nos ayudará a seguir en juego. Realmente déjenme decirles que todo esto me pareció súper original, en su sencillez Do Not Feed the Monkeys 2099 y su predecesor son una cuna de ideas.

No sé si he podido explicar con gran claridad el concepto del juego, pero ya es hora de hablar sobre mi opinión al respecto y dejar un poco de lado las mecánicas. Y es que hay algunas cosas más, como algún que otro evento particular con un vecino que nos toca la puerta, la posibilidad de comprar objetos... interactuar al fin con los monos... en fin, no diré más. Lo primero que quiero resaltar es que me ocurrió exactamente lo mismo que con el mencionado Papers Please, al principio tenía mis dudas y hasta se me hizo un poco tedioso, y de repente estaba totalmente prendido al juego, haciendo todo a la velocidad de la luz y de la forma más eficiente posible. Me súper enganché y eso ya es mucho decir en mí últimamente con tanta propuesta dando vueltas.

Pero, por supuesto, hay que aclarar que al principio el juego puede ser sofocante por la cantidad de información a la que te tenés que adaptar y el intenso tiempo que te corre. Si venís de jugar al primer título, no vas a tener problemas porque es muy similar, y lo bueno es que incluso podés ir directo a esta secuela si lo deseás; no es indispensable jugarlos en orden. En mi caso, necesité de al menos dos partidas para realmente comenzar a disfrutar de esta mecánica tan peculiar, pero una vez comprendí todo, me empecé a divertir.

Ahora, se que estoy describiendo al juego lo más cool posible, porque realmente a mí me lo parece. Pero si me pongo en el lugar de un jugador que no tenga tanta paciencia, a ese le digo que quizás pueda encontrar momentos en los que el título no le resulte satisfactorio. Por ejemplo, se puede volver pesado tener que andar leyendo diálogos en tiempo real, esperando a que salgan palabras claves, y más si es una historia que ya venías siguiendo pero no lograste completar. Por momentos me quedé con la sensación de que tendrían que pasar cosas locas más pronto, ya que dependiendo de qué te toque al inicio, se puede estirar mucho hasta que veamos algo interesante. Y aunque no parezca, el asunto se pone algo estratégico: ¿me conviene buscar pistas o lo dejo para después y me voy a trabajar para tener más plata? Pero sí, cuando simplemente toca esperar a que pase algo, puede ser medio un bajón jajaja.

Hay un detalle que me hace ruido y es que el juego en sí te invita a tratar de descubrir sus diversos finales posibles (pudiéndose descubrir algunos de casualidad, por ejemplo, rompiendo la regla de no desactivar la aplicación), pero no tiene una galería o mural en el que se nos indique el progreso, mostrando los endings que descubriste y cuantos te faltan. Si bien muchos juegos carecen de ésto, en esta ocasión lo veo más necesario, porque si no uno juega y juega pero no termina de tener una satisfacción total por no saber si realmente ha avanzado mucho o poco.

También, es quizás algo obvio, pero después de una partida en la cual llegás lejos, volver a empezar es bastante deprimente; aunque por el lado positivo, las cámaras de observación siempre cambian su orden de aparición, haciendo que cada partida sea ligeramente distinta. Dejando eso de lado, es de esos indies a los que hay que darles una oportunidad por traer una propuesta nueva a la mesa. Como dato no menor, jugando se desbloquean nuevas funciones para activar en proximas partidas, como el poder ver a través de la mirilla de la puerta cuando nos golpean.

Conclusiones

Do Not Feed the Monkeys 2099 toma todo lo bueno del juego original y sobre ésto construye nuevas historias. Si, en definitiva no hay demasiados cambios más allá de los argumentales, pero es justamente lo que los fanáticos pedían. Si te gustan los títulos indies diferentes, con toques bizarros y mecánicas sencillas pero con bastantes detalles, deberías darle una chance. Los dos ofrecen una experiencia muy interesante.

Lo mejor

· La idea es muy original.

· Buena mezcla entre aventura narrativa, lifesim y una pizca de estrategia.

· Quienes vengan de jugar al primero encontrarán nuevas historias y los agregados justos.

· Una vez comprendida toda la información, la partida se vuelve divertida y adictiva...

Lo peor

· ... pero probablemente no te ocurra en el primer intento y quizás en el segundo tampoco. Hay que aprender y adaptarse.

· Hay lapsos en los que simplemente nos toca esperar, lo cual puede aburrir a los impacientes.

· Me gustaría que nos muestren el progreso en cuanto a los endings, no hay indicios para saber cuándo hemos desbloqueado.

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