Análisis de Army of Two: The Devil's Cartel - PS3

Los Army of two se caracterizaron por seguir muy de cerca la exitosa fórmula del Gears of war, el "shooter en tercera persona cooperativo". Pero a diferencia de otros juegos parecidos que salieron al mismo tiempo que su primer entrega, como el Kane & Lynch o el propio Gears, los Army of two tenían contenido específico desarrollado para ser jugado por dos jugadores en simultáneo, como las secuencias en que Salem y Rios (protagonistas de los primeros dos juegos) se ponían espalda a espalda para derribar a una serie de enemigos que se acercaban sin detenerse, o la barra de "aggro", la cual podíamos usar para cuantificar la atención que el enemigo le estaba prestando a alguno de los dos personajes de modo que el otro podía flanquear y agarrar desprevenido a nuestros contrincantes.

Esos elementos desaparecen por completo en esta tercer entrega.

Bueno, para ser justos, la barra de aggro teóricamente sigue presente pero detrás de escena, y su influencia en la jugabilidad es dramáticamente menor, al punto en que casi ni nos damos cuenta de que existe. Y esto no sería un problema si el resto del juego presentara elementos innovadores o deslumbrantes, pero lamentablemente, este no es el caso. Pero vamos por partes.

A diferencia de los primeros dos juegos, en Devil's Cartel seguimos a unos nuevos protagonistas: Alpha y Bravo. Este cambio no beneficia del todo al juego dado que sus personalidades son tan estereotipadas (Alpha es calmado y táctico, Bravo es aguerrido y alocado) que nunca podemos llegar a desarrollar una simpatía por ellos.

La trama del juego no ayuda demasiado tampoco, una historia previsible y llena de clichés ambientada en México cuando Mayor Cordova, el pequeño líder político, quiere derrocar al infame dictador Esteban Bautista. Si vimos mas de 5 películas de acción nos veremos venir los giros argumentales mas importantes y nos vamos a imaginar como serán retratados los personajes y facciones que participan de la historia, así que en este apartado no tenemos nada fuera de serie.

Como comentábamos antes, en cuanto a lo jugable el título es un shooter en tercera persona orientado mayormente a lo cooperativo. Y otra vez, si hemos jugado algún shooter coop en esta generación, ya sabemos que esperarnos: podemos flanquear al enemigo, si nos derriban, el otro jugador puede revivirnos, nos encontraremos con algunas situaciones en el juego en que tendremos que separarnos de nuestro compañero y otros momentos en que tal vez tengamos que darle apoyo con una ametralladora fija o con un rifle sniper. El título presenta además ciertas decisiones dudosas a nivel mecánicas, como el hecho de que, a diferencia de otros shooters, no corremos y nos ponemos a cubierto con el mismo botón, lo cual en un principio presta a confusión. 

Asimismo, el propio sistema de ponerse a cubierto no está completamente pulido, presentando situaciones en las que queremos pasar de un sector a cubierto al siguiente, el sistema no interpreta a la órden y en vez de eso deja a nuestro personaje completamente al descubierto, lo cual en los niveles mas altos de dificultad puede ser un problema grave.

Es una lástima porque por momentos Devil's Cartel entra en un ritmo interesante y puede entrelazar algunas situaciones bien diseñadas una atrás de la otra, pero la mayor parte del tiempo es igual a la gran mayoría de shooters ya disponibles, salvo por estas desconcertantes diferencias mecánicas.

Y los elementos nuevos presentados no hacen demasiado impacto en la jugabilidad. Cada enemigo que derribemos y la forma en que lo hagamos (headshots, matar con granadas, agarrar desprevenido a un rival, etc) nos da puntos que van hacia dos elementos: una barra que se irá llenando de a poco y el dinero que nos den al final del nivel.

Esta barra sirve para activar un modo en que seremos invulnerables por un corto tiempo, y si además ambos jugadores tienen sus barras repletas podemos activar una versión mas potente de este modo. Si estamos en el modo de un solo jugador, nuestro compañero controlado por la IA tiene la molesta tendencia de activar esta característica aunque no sea necesario (y generalmente en momentos en que NO es necesario), malgastándolo, y haciendo el modo single player aún mas difícil de sobrellevar. Porque la verdadera manera de jugar a Devil’s Cartel es con un amigo, ya sea a través de internet o a pantalla partida, porque de otra forma se complicará bastante contrarrestar las deficiencias constantes que nos presenta el juego.

El dinero que nos den al final va hacia la compra y personalización de armas, uno de los mejores elementos de la saga y que afortunadamente vuelve en esta tercera entrega, aunque encontrando un término medio entre la sobriedad del primer título y la exageración del segundo.

Así es como podremos comprar una gran variedad de armas y personalizarlas a gusto y placer, al igual que nuestros personajes, a los cuales les podremos dar diferentes atuendos y máscaras. Hay que destacar que este elemento es uno de los mejores presentados del juego, dado que tenemos muchas opciones para modificar nuestro avatar como mas nos guste, aunque el método de desbloqueo de los mismos es algo incongruente, porque muchos de los mejores atuendos y aditamentos para armas nos serán otorgados a un nivel demasiado alto, y para ese entonces seguramente ya habremos pasado el título y es probable que no lo volvamos a jugar.

Y en cuanto a las armas, las diferencias entre los distintos tipos de arma dentro de una determinada categoría (armas de asalto, escopetas, rifles sniper, etc) no son tantas ni afectan tanto a la jugabilidad como para determinar un cambio de una escopeta a otra, por ejemplo, es mejor apegarse a una decisión e ir modificando el arma según sea necesario.

Es una lástima, la serie nunca fue una de las grandes sagas de los videojuegos pero tenía su identidad, la cual fue absolutamente descartada en esta entrega, en pos de hacer un shooter mas convencional, aunque adaptando ciertas decisiones mecánicas que nos dejan un poco mareados porque no son las mas lógicas. La historia nunca pasa la calidad de una película B de acción de los ‘80s, por lo cual nunca nos atrapa como para seguir jugando, y la única razón para completar Devil’s Cartel, es jugarlo con un amigo para sobrellevar las peores características del título.

- La actuación de voz y captura de movimientos son dignos de una producción de EA.

- La historia.

- La jugabilidad pierde algunos elementos que hacían única a la serie.

- Algunas decisiones sobre las mecánicas de juego son incompensibles.

- Jugarlo en single player es poco recomendable.