26 de Mayo del 2021

Análisis de Resident Evil Village - PS4

Después de una agresiva campaña de marketing apelando a la ¿lujuria? de la mayoría de los jugadores, Resident Evil Village salió con todo a la cancha para empezar a cubrir este 2021, que hasta ahora viene bastante escaso de lanzamientos de peso. ¿Cumplió con las expectativas? Pasá y charlamos.

A priori, Village apuntaba a continuar con la línea planteada en el título anterior, Resident Evil 7 Biohazard, manteniendo la perspectiva en primera persona y a su protagonista, Ethan Winters. Sin embargo, también se planteaba que esta nueva entrega en la saga agregaría elementos y segmentos más de acción, propia de la “trilogía” de RE 4 al 6. De hecho, como ya es conocido, en este título contamos con un NPC conocido como “The Duke” que nos venderá armas, mejoras, munición y alguna cosa más.

Tres años después de los incidentes en Louisiana con la familia Baker, Ethan, su esposa Mia y la hija bebé de ambos, Rosemary, viven tranquilamente en Europa, a donde llegaron con la ayuda de Chris Redfield (el cual también entrenó a Ethan en combate, aparentemente, justificando narrativamente la notable mejora de Ethan en el manejo de distintos tipos de armamentos que utilizaremos a lo largo del título). Sin embargo, durante los primeros minutos esa paz se rompe: el recién mencionado Chris se mete con un golpe comando, mata a Mia y se lleva a Rose y a Ethan. Durante el trayecto ocurre un accidente, Rose no está por ningún lado y Ethan despierta en un pequeño pueblo Europeo plagado de hombres lobo y otros monstruos. Convencido de que su hija está cerca, Ethan se pone en marcha para encontrarla a toda costa.

En la primera hora de juego aproximadamente, y tal como pasó en el título anterior con la familia Baker, Village nos presenta a los enemigos “principales” que deberemos enfrentar en algún punto de la historia: los “hijos” de la mala más malosa, Madre Miranda. Y acá me gustaría hacer una mención/opinión que he visto en otros lados: al ser la primera a la que enfrentamos, es poco tiempo el que pasamos “en compañía” de la ya famosa Lady Dimitrescu y sus tres hijas.

Como mencioné antes, Village pega un giro y se mete mucho más de lleno a la acción y al enfrentamiento con los distintos enemigos que abundan en el pueblo del título. Cada enemigo que derrotemos nos brindará algo, ya sea un tesoro para cambiar por Lei (la moneda del juego), un monto de Lei o munición, invitándonos a reventar a todos los bichos que se nos crucen. Ethan cuenta con una variedad de pistolas, escopetas, lanzagranadas y algo más, que iremos encontrando a través de la historia y que podremos comprar, vender y mejorar en la tienda. Si bien se puede criticar la decisión de, una vez más, volver a la acción en RE, la verdad es que el gameplay es divertido y no tiene fallas lo suficientemente grandes para mencionar. La diferencia entre las armas se siente y tenemos opciones para encarar el combate de diferentes maneras.

Esta decisión de tirarse a la acción viene acompañada por la consecuencia de que los momentos de tensión o terror se ven poco potenciados, ya que sabemos que siempre contamos con algo para hacer frente a cualquier amenaza que el juego nos presente. Sin embargo, hay una porción del juego donde esto está presente al mango, a tal punto de que Ethan se ve despojado de todo su armamento y el título nos ofrece una ambientación tensionante espectacular y nos obliga a resolver distintos puzles para avanzar. Dejando esta sección de lado, los demás puzles del juego son dentro de todo sencillos y ninguno presenta gran inconveniente para su resolución.

Las referencias a Resident Evil 4 están por doquier, siendo una de las más evidentes el inventario por cuadrículas con el que Ethan cuenta ahora, no pudiendo guardar cosas en un “baúl” y teniendo que descartar o vender lo que no necesitemos. También es posible comprar más espacio en el inventario a través del Duque. Un aspecto relacionado a esto (que creo es necesario mencionar) es que las hierbas, tónicos, metal y demás que juntemos no ocupan espacio en nuestro inventario, pudiendo cirujear por cada recoveco para poder craftear estos elementos. Otra idea sacada de RE4 es la de incluir tesoros que podemos ir juntando para canjear por Lei en lo del Duque.

Pasando un poco al aspecto gráfico y a la ambientación en general del título, puedo decir con seguridad que el trabajo que hicieron es sobresaliente. Con cada título que sale, sigo maravillado por la elasticidad y versatilidad que tiene el RE Engine para entregar locaciones soberbias. Esta review se hizo jugando al título en una PS4 Slim, y la calidad gráfica y framerate es para destacar; ni hablar en consolas de actual generación o una PC mediana. Aparte de la villa, que funciona como una locación central, tenemos distintos niveles bien marcados, cada uno con su propio estilo y ambientación, siendo el más visto antes del lanzamiento el Castillo de Lady Dimitrescu. El trabajo en las voces es muy bueno, y la música ayuda a generar el ambiente en cada momento.

El título cuenta con 4 niveles de dificultad, aunque el último no está disponible de movida. Una vez finalizada la historia principal, el título nos invita a jugarlo más de una vez para desbloquear más objetos, armas, juntar más puntos y desbloquear todo el arte conceptual, modelos de personajes, completar algunos desafíos que el juego nos propone y, sobre todo, jugar al modo Mercenarios, el famoso minijuego dentro de la franquicia donde deberemos ir eliminando oleadas de enemigos para recibir jugosas recompensas.

Conclusiones

Resident Evil Village es un muy buen juego, con una gran ambientación, gameplay correcto y divertido, y una historia lo suficientemente atractiva como para darnos ganas de llegar al final (si bien por momentos tiene sus puntos flojos). No se siente tanto una evolución del 7, sino más bien algo diferente, pero que igual es llamativo como para pasar unas buenas horas dentro de esta villa del terror y volver a visitarla varias veces para sacar todo.

Lo mejor

· Gameplay.

· Ambientación.

· Agregados que promueven la rejugabilidad.

Lo peor

· Se siente lineal por momentos.

· Algunas decisiones de diseño.

· Problemas de balance en la dificultad.

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