11 de Mayo del 2021

Análisis de Kaze and the Wild Masks - PS4

Plataformas como las de antes.

Una mezcla de Sonic y Mario

Cuando empecé con este título, en el que una simpática y aguerrida coneja tiene que salvar a su ¿novio? ¿amigo? de una maldición y a una serie de islas de una amenaza de vegetales mutantes, no pude evitar pensar que se trataba de otro plataformero genérico.

Después de todo, el primer nivel era extremadamente sencillo, y más allá de algunas mecánicas interesantes (pero para nada necesariamente originales), parecía que no tenía mucho más que ofrecer.

Estaba equivocado

Kaze terminó por sorprenderme muy gratamente al presentarme una experiencia que mezcla los mejores aspectos de los juegos de plataforma y sidescroller de la época dorada del género, allá por los 8 y 16 bits. Por un lado, se nota la influencia de Sonic en los movimientos de la protagonista, Kaze: así como Sonic tenía su velocidad, la coneja tiene sus orejas; donde el erizo podía convertirse en una bola aserrada, ella puede golpear girando con ellas; y del mismo modo que Tails usa sus colas, Kaze utiliza las orejas para “volar”. Pero no sólo la navegación se siente familiar, sino que el diseño de los niveles tiene cosas muy características de la famosa franquicia de Sega.

La mayoría de los mundos por los que Kaze se mueve tienen algún tipo de elemento ambiental que ayuda u obstaculiza. Por ejemplo: en algunos niveles hay aparatos parecidos a ballestas con los que Kaze puede impulsarse para avanzar, solo que algunos de ellos se mueven de arriba abajo o de forma semicircular, por lo que hay que calcular muy bien el salto. Otros niveles tienen hongos luminosos que al pasar sobre ellos hacen que ciertos enemigos invencibles se oculten. Y a estos ejemplos se les pueden sumar trampolines, cuerdas, columpios, agua (o lava, o desecho tóxico) que sube... elementos que sirven para que cada lugar sea único.

Pero no sólo Sonic influye en Kaze, sino también Mario, con una mecánica muy especial. ¿Recuerdan que a partir de Mario 3 era posible encontrar power ups en forma de trajes animales (Tanooki/mapache y Rana) que daban habilidades especiales? Pues bien, en el caso de Kaze tenemos las Máscaras. Estos ítems representan a cuatro animales y sus características que permiten a la protagonista navegar ciertos escenarios.

La máscara de pájaro permite volar y atacar a distancia; la de Tigre permite trepar por las paredes y lanzarse hacia adelante; y la de tiburón permite nadar bajo el agua y atacar en forma de torbellino. Por último, queda la más interesante, divertida y frustrante de todas, la máscara de lagarto. Con este ítem, Kaze empieza a correr a gran velocidad sin poder detenerse, pero agregando un salto doble. De esta manera, es necesario pasar el nivel sin equivocarse en un solo salto. Difícil y extremadamente divertido.

La perfección de la dificultad

Manejar la curva de dificultad en los videojuegos es un arte. Demasiado difícil al principio, y muchos se frustran. Demasiado fácil al final, y te aburrís. Kaze la maneja a la perfección.

Los primeros dos o tres niveles son extremadamente sencillos, y te acostumbran bien a los movimientos básicos, el layout general de los niveles y a los enemigos que te podés enfrentar. Luego, de a poco, se empiezan a incorporar elementos ambientales que agregan un nivel más de dificultad, y más tarde, las máscaras con sus movimientos especiales. A medida que avanzamos, estos elementos empiezan a mezclarse entre sí, y cuando parece que una mecánica ya está dominada, nos encontramos con que se requiere cada vez más precisión. El aumento de la curva nunca es desmedido pero es constante, de modo que hacia el final tenemos niveles donde con la máscara de lagarto estamos corriendo a gran velocidad rebotando entre enemigos flotantes sin poder detenernos ni un minuto. El juego se vuelve extremadamente desafiante y divertido. Algo similar pasa con los bosses. El primero es extremadamente fácil, pero los que siguen nos obligan a usar las máscaras que, sumadas a un escenario dinámico, se transforman en combates muy gratificantes.

Otra cosa interesante a mencionar es el modo tiempo. Todos los niveles pueden rejugarse al estilo quick run, con una tabla online donde figuran los más rápidos. Esto no sólo agrega un nivel más de desafío, sino que beneficia enormemente a la rejugabilidad.

Conclusiones

Kaze and the Wild Masks fue una tremenda sorpresa. Colorido, divertido, desafiante; todo lo que podemos querer en un juego de este tipo. Tal vez no sea lo más original del mundo y se note mucho la influencia de los clásicos, pero los maneja con tal maestría que no quedan dudas de que ganó su propia identidad.

Lo mejor

· El desarrollo de los niveles.

· Las máscaras.

· El manejo de la curva de dificultad.

Lo peor

· Le faltaría alguna mecánica original.

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