Análisis de Cloudpunk - PS4

Cloudpunk es un título de Ion Land, realizado en un hermoso estilo voxel, y que nos lleva a recorrer una decadente ciudad que chequea una a una todas las casillas del género ciberpunk. 

En este juego, nos ponemos en la pixelada piel de Rania, una inmigrante de la “península oriental” (lugar con claras referencias al medio-oriente) que debe dejar su hogar debido a que los DebtCorps (Corporaciones de deuda) le han quitado todo lo que tenía, incluido el chasis de su perro autómata Camus. Desahuciada, Rania no tiene otra opción que mudarse a la enorme ciudad de Nivalis y conseguir trabajo en uno de los pocos lugares que puede aceptarla dada su condición: Cloudpunk, un servicio de entregas semi-legal que opera incluso en aquellos lugares en los que la mayoría de los ciudadanos no tiene permitido ingresar. Todo el juego transcurre en la primera noche de trabajo de Rania, una noche movidita en la que sólo deberá obedecer las reglas principales de Cloudpunk: siempre llegar a tiempo, y nunca preguntar que contiene el paquete.

Para poder realizar las entregas, Rania dispone de un HOVA, un vehículo volador capaz de surcar los cielos en cualquier dirección. En este viaje, vamos a poder enterarnos no solo del pasado de Rania, sino de muchos otros pequeños personajes que habitan Nivalis. Y de Nivalis misma.

Y es que la gran protagonista de este juego no es la conductora, sino la ciudad. A primera vista, Nivalis puede parecernos muy similar en todos sus espacios, y sin embargo, cuando empezamos a prestar atención, podemos encontrar las marcadas diferencias que existen y que nos dan una idea del tipo de vida que se lleva en esta urbe. Así, veremos que las zonas más ricas están rodeadas de más neon y anuncios que las zonas más pobres, o incluso visitaremos espacios totalmente derruidos y casi abandonados a su suerte. Nivalis no es un lugar amable, y bastan algunos minutos de juego para enterarnos.

Para quienes no estén familiarizados con el género, el ciberpunk nos presenta futuros distópicos, donde un avanzadísimo desarrollo tecnológico contrasta con un muy bajo nivel de vida. Neón y suciedad; progreso urbano y decadencia ambiental. Y todo, absolutamente todo lo que se puede esperar, lo tenemos en Nivalis.

Cloudpunk es un juego cuya base fuerte es la historia. Si bien la idea es que entreguemos paquetes a lo largo, ancho, alto y bajo de Nivalis, hay pocos elementos de juego tradicional. Salvo pequeñas excepciones, no hay límite de tiempo para entregar los paquetes; tampoco hay demasiadas opciones excepto por algunas misiones donde tendremos que decidir qué hacer con algún paquete; Rania no debe ocuparse de ninguna barra de estado, salvo del combustible y buen mantenimiento de su vehículo, pero por más que choquemos contra todo lo que se mueva, tampoco vamos a perder el juego. Incluso vamos a descubrir que las calles están llenas de vendedores, desde puesteros de comida (con el infaltable Ramen), hasta dealers que venden drogas y suplementos, que no tienen ninguna función en el juego más que estar ahí para ser consumidos si así lo queremos. Es una idea que encontré muy interesante, ya que te lleva a sumergirte más en el universo de Cloudpunk: te drogás si querés, no porque eso te de alguna ventaja; comés si querés, no porque necesites recargar la barra de vida. Sos un delivery que trabaja toda la noche, así que es muy probable que, simplemente por no dejar a Rania colgada, vayas y cada tanto te compres un plato de sushi o te tomes un café.

Toda esta ausencia de elementos tradicionales puede lastimar un poco al juego. Sin embargo, eso no quiere decir que aburra ni mucho menos. La idea es explorar la ciudad que, como ya había dicho, es la gran protagonista. Podés pasarte interminables momentos volando o caminando por la ciudad, buscando hablar con sus habitantes y cumpliendo pequeñas misiones secundarias que te dan una idea más acabada de lo que significa vivir en Nivalis. La desesperación y la esperanza rondan cada pequeña historia, y por cada hora que pasamos, más nos encariñamos con Rania, con su operador y con Camus, así como con otra multitud de personajes. 

Mención privilegiada merece la exploración a bordo del HOVA. Una vez que te acostumbrás a los controles del vehículo, volar a través de la ciudad se vuelve una experiencia relajante. Podés perderte un buen rato viajando entre los edificios, y notando esos pequeños detalles que ya había mencionado. Es una lástima que no hayan incluido una vista en primera persona desde adentro del auto, como se veía en las imágenes promocionales. Tal vez lo hagan a futuro (ya lo hicieron con la cámara fija y la primera persona de a pie), lo que me dará una buena excusa para revisitar el título.

Cloudpunk tiene más interés en contarte una historia que en darte una experiencia de juego tradicional, pero ese objetivo está más que logrado. Tanto el guion principal como las pequeñas historias secundarias, así como la construcción de la ciudad de Nivalis, son una genialidad. Si te gusta el género ciberpunk y necesitás algo para hacer más leve la espera de Cyberpunk 2077, tal vez sea una buena idea ponerse tras el volante de un HOVA de Cloudpunk.

· El bellísimo arte.

· La ciudad maravillosamente construida.

· La atrapante historia.

· Las decisiones tienen poco impacto en el juego.

· La ausencia de elementos de juego tradicionales pueden desinteresar a algunos usuarios.