Análisis de Medal of Honor Warfighter - PS3

Medal of Honor Warfighter se divide en dos partes: el modo "historia" y el modo online. La primer modalidad de juego no cambia lo ya visto en juegos como Call of Duty o Battlefield respecto a la duración de la aventura. Generalmente no nos llevará más de 6 o 7 horas superar la historia en un nivel de dificultad avanzado, y esto no debe ser para nada malo si estuviese concentrada de acción, con un argumento tan frenético que nos haga vivir una experiencia corta pero llena de adrenalina. Pero en Warfighter esto no se ve reflejado de la mejor forma.

Quizás sea en gran parte por las promesas que nos ofrece el juego al comienzo de la partida, con un barco explotando, cayendo y tragándose gran parte del escenario mientas nosotros huímos de aquella muerte segura. Uno, a partir de esa situación, esperaba una historia que girara en torno a los terroristas, con varios giros de guión. Pero nos encontramos frente a una historia más que plana, con algunos toques interesantes como puede ser la vida de un soldado más allá del campo de batalla, con una familia que quiere escapar de ese temor cotidiano. Si bien esto es un gran acierto por parte de Danger Close, al final no se atan los cabos y se sumará a un relato ya de por si confuso por el afán de querer juntar dos historias de personajes (Preacher y Stump) que vienen sin rumbo desde la mitad de la campaña.

Medal of Honor Warfighter corre con la experiencia ya acumulada de su anterior entrega, y del más reciente Battlefield. Así es como solo debía ver y corregir los errores vistos en la jugabilidad y la diversidad de acciones para poder plantarle cara a un experimentado en ese aspecto: Call of Duty. Pero ha quedado a medio camino. 

Nos encontraremos frente a la promesa fallida también en cuanto a jugabilidad. Todo lo que vimos en un principio, puede ser borrado en un simple abrir y cerrar de ojos, ya que nos veremos en un mundo lineal hasta el hartazgo, con una propuesta simple: disparar al enemigo, disparar a los vehículos, disparar por si las dudas. Hay breves atisbos de querer solucionar esa linealidad con fases de manejo tanto sea en lancha como en automóvil, destacando a esta última como, quizás, la mejor misión de todo el juego. Y lamentablemente esa es la realidad, que se considere como el punto más alto de la aventura a aquella fase que no involucra disparo alguno.

Si bien también podremos comandar a un robot artillero, así como también disfrutar de la vista sobre un helicóptero mientras aniquilamos a todos los terroristas en los tejados, todo nos llevará instantáneamente al acotado campo de batalla. Casi que llega a ser una anécdota el destruir puertas que esconden a los mismos cuatro talibanes una y otra vez. Llega a ser tan repetitiva esta acción que iremos desbloqueando mejoras dependiendo de cuantos tiros en la cabeza demos cada vez que entremos dentro de estas barricadas.

Los enemigos siguen la misma línea para no desentonar del resto. De vez en cuando nos encontraremos con algún soldado kamikaze que vendrá a atacarnos cuerpo a cuerpo. Pero serán más las veces que se queden escondidos estáticos detrás de una pared, o trabados sobre la misma. No se ha podido mejorar la inteligencia de los enemigos ni con el último parche lanzado, por lo que es más que fácil flanquearlos y aniquilarlos por la espalda sin que se den cuenta.

Desde el lado gráfico, nuevamente encontramos contrastes. Por un lado nos cruzaremos, quizás, con unas de las mejores escenas animadas vistas en la actual generación. El nivel de detalle es asombroso; cosa que transmitido al motor gráfico del juego en tiempo real no es del todo óptimo. En partes nos cruzaremos con un espectáculo visual de sombras, reflejos, explosiones y estructuras que colapsan frente a los disparos de nuestros fusiles. Al contrario, en el mismo escenario, en la misma situación, en el mismo momento, nos encontraremos con texturas que no parecen ser más que un buen recuerdo del Medal of Honor Underground, así como objetos desapareciendo de pantalla o escenarios vacíos que no dicen absolutamente nada. Frostbite 2.0 brilla por su ausencia en el gameplay, y es que quizás, este motor gráfico no sea la mejor opción para la actual generación.

El sonido nos mostrará un rostro bonito. Las voces tanto en inglés como en español, son de élite. Para nuestra región, cabe destacar que la gran tarea de los dobladores logra que casi ni se sienta el tono español en las conversaciones. 

El campo de batalla estremecerá nuestros oídos, con un espectáculo de balaceras cosquilleando nuestros oídos, así como las persecusiones a toda velocidad sobre un bólido que ruge sin cesar en la caza de su presa. Danger Close lo ha hecho bien en este aspecto, demasiado bien para lo que es el resto de la experiencia.

La otra mitad en la que se divide Medal of Honor Warfighter es el modo online. Frente a un modo historia normalito, esta modalidad de juego se alza como la salvadora del título. No es que se pueda ver una innovación en todos los aspectos, pero sin dudas se deja jugar, y con partidas frenéticas que no tendrán un resultado cantado hasta el final del combate. Ésto en gran parte se debe al diseño de los niveles, los cuales estarán muy bien pensados para ser de una extensión mediana, pero que no tendrán un vacío en que caminemos sin encontrar un contrincante al que liquidar.

Claro que esta batalla sin descanso no se da solamente por el diseño de los mapas, sino que ayuda el hecho de poder formar un equipo con un colega, dándonos la posibilidad de saber qué está haciendo en todo momento; y en el caso de caer muertos en acción, podremos revivir justo al lado de nuestro compañero, para sumarnos inmediatamente a la batalla campal que se esté librando en aquel momento. 

Además, también cabe destacar que podremos formar nuestros clanes, eligiendo país y clase que mejor se adapte a las características de nuestro equipo. Sumado a la posibilidad de progresar constantemente en el juego, incorporando nuevas opciones y armas, se tiene como resultado un modo que nos dará más que satisfacciones.

Danger Close ha intentado devolverle el trono a Medal of Honor, pero aún no lo consigue. Warfighter no es un mal juego, pero no llega a destacar sobre los demás juegos bélicos, lo que puede llegar a opacar a la franquicia para futuras entregas. Su apartado audiovisual es magnífico, su modo online te mantendrá atrapado por su frenetismo, y realmente ha buscado el querer diferenciarse de sagas como Battlefield o Call of Duty. No lo ha logrado del todo, y todo aquello bueno se ve contrastado por un modo campaña de lo más normalito, con una jugabilidad con marcados errores y una repetitividad en las misiones que solo acotarán al juego a ser una mera excusa para disparar sin parar durante seis horas.

- El modo online ha sido un acierto.

- El querer incluir problemas personales de un soldado, abre una puerta interesante.

- Su apartado audiovisual es excelente...

- ... pero aún así, no termina de acoplarse de todo en consolas.

- El modo historia es un tanto flojo.

- La IA de los soldados enemigos no ha sido pulida como se debe.

- Las misiones terminan por volverse repetitivas.